De San Miguel al Obelisco: La Fresca, el fenómeno que rompió el mapa LGBTIQ+
Lo que nació en 2022 como un refugio para 120 personas en un salón de Villa de Mayo, hoy es una de las paradas obligatorias de la escena nocturna bonaerense. La Fresca, la fiesta que logró «federalizar el orgullo» desde San Miguel, celebra este viernes su cierre de año en Club Zone. El evento no solo consolidó su éxito en el Conurbano, sino que capturó la atención de la Capital Federal, rompiendo la histórica centralidad porteña de las propuestas de diversidad.
El crecimiento de la fiesta fue tan vertiginoso que su desembarco en la Ciudad de Buenos Aires y otros puntos del Gran Buenos Aires ya es un hecho. La productora Gisel Adam sostiene que el proyecto surgió para evitar que el público del conurbano tuviera que viajar horas de madrugada hacia la Capital para encontrar un espacio seguro. Hoy, el flujo se invirtió: la «Frescaneta» (micros organizados por la producción) traslada gente desde distintos distritos hacia el corazón de San Miguel.
La relevancia mediática de la fiesta escaló tras su reciente «Batalla de Drags», un formato inspirado en certámenes internacionales pero con impronta local. El nivel de producción fue tal que Carmen Barbieri participó como jurado y madrina. La diva quedó impactada por el despliegue técnico sobre la calle Tribulato: «Esto es un Broadway en el medio de San Miguel», le confesó a los organizadores, destacando el profesionalismo de las artistas drag que compitieron por premios de hasta $500.000.
Más allá del brillo y las plumas, La Fresca se posiciona como un espacio de resistencia. Según Adam, ocupar boliches que históricamente fueron esquivos a la diversidad es un acto político. La propuesta combina una identidad musical ecléctica —donde conviven Taylor Swift y Leo Mattioli— con un sistema de cuidado que incluye glitter gratuito y contención para las nuevas generaciones de la mano de La Gorda Fran, referente y host del evento.
Este viernes 19/12, la fiesta despide el 2025 con su primera edición con espuma al aire libre, un desafío logístico que busca coronar un año de expansión territorial. Con entradas agotadas y una convocatoria masiva, el fenómeno demuestra que la cultura LGBTIQ+ no solo resiste, sino que marca la agenda del entretenimiento fuera de los límites de la General Paz.
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